Todo comenzó con una pareja de enólogos que soñó con hacer vinos distintos en una tierra que parecía haberlo visto todo.

De esa mezcla de herencia y rebeldía nació Belezos: una bodega familiar que aprendió a mirar al pasado sin nostalgia y al futuro sin prisa.

 

Nuestro trabajo consistió en traducir ese sueño al lenguaje visual y emocional de la marca: capturar la esencia de una familia que equilibra el respeto por la viña con la inquietud por crear algo nuevo.

 

• Diseño de etiquetas: un juego entre lo clásico y lo contemporáneo, donde los materiales nobles conviven con una estética limpia y actual. Cada etiqueta cuenta una historia —la de un vino con raíces profundas y mirada moderna— sin necesidad de alzar la voz.

• Look & feel: elegancia serena, dominada por tonos tierra, cobres y granates profundos que evocan la calidez del viñedo al atardecer. Texturas naturales, luz suave y una dirección de arte que respira calma, precisión y autenticidad.

• Spot & vídeo-recetas: piezas que hablan con el lenguaje de la tierra. Luz natural, silencios y gestos reales que muestran la verdad del vino y de quienes lo crean. Un relato visual que conmueve sin artificio, donde la emoción se decanta lentamente.

• Catálogo: una narrativa editorial que invita a recorrer la historia de Belezos como quien pasea entre cepas viejas: despacio, con respeto y con una copa en la mano. Papeles mate, tipografías con historia y una fotografía que huele a tierra y madera.

 

Un proyecto donde el diseño se pone al servicio de la emoción; donde tradición y modernidad conviven como en la propia familia que lo inspira: con equilibrio, pasión y verdad.